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Por Gabriela Entrala.
Muchas personas asumen el síndrome de colon irritable como algo con lo que se vive, ya que nos acostumbramos que cada cierto nos toque la puerta. Pero, ¿qué tal si pudiéramos evitarlo? ¿qué tal si pudiéramos saber cómo mantenerlo feliz y que no llegue de sorpresa?
Para comenzar, es necesario aclarar algunos términos. El síndrome de colon irritable en sí no es una enfermedad, cuesta diagnosticarlo, pero tiene una seguidilla de síntomas que se le asocian, como por ejemplo: retorcijones, malestar bajo el vientre, diarrea o estreñimiento (si, así de bipolar es), y suelen aparecer espasmos del colon que van acompañados muchas veces de dolor e hinchazón.
Puede aparecer también como consecuencia de una situación de estrés o ansiedad, que lamentablemente por estos tiempos abundan.
Es por lo anterior que es aquí donde nos centraremos. Más allá solo de la parte alimentación, se debe conocer, trabajar y sanar nuestra salud emocional.
Una alimentación sana y equilibrada puede favorecer siempre a que los síntomas no sean tan fuertes y también a disminuirlos. Esto es de suma importancia, ya que va asociado también a la salud emocional. En estos tiempos de ansiedad por todo lo que está pasando en el mundo, se debe mantener una alimentación equilibrada y variada con horarios de comidas. Lo anterior ayuda a evitar atracones y la sobre exigencia de nuestro sistema digestivo.
Si ya comenzaron con los síntomas, lo más importante es evitar los aliños fuertes y/o picantes, el café, el mate, las bebidas azucaradas o sin azúcar (carbonatadas) y el alcohol.
Dependiendo como sean los síntomas, es importante acompañar la dieta con alimentos ricos en fibra soluble, centeno, frutas y verduras. También es importante una correcta y buena hidratación, ojalá cercano a 1.5 a 2 litros diarios, evitando los líquidos antes mencionados.
Se aconseja consumir agua pura o tibia, que puede ir con cáscara de limón o alguna hierba como manzanilla, toronjil, melissa, matico o agua de orégano, por sus poderes antiinflamatorios.
Haz alguna actividad física que te guste. Siempre le aconsejo a mis pacientes tener actividades de movilidad que disfruten y que les generen calma y paz.
Comparte momentos agradables con tus seres queridos. En estos momentos es bueno hacer video llamadas, poder vernos y conversar ayuda. Eviten hablar de temas estresantes y recuerden momentos de felicidad, ¡la risa ayuda muchísimo a liberar endorfinas! (hormona de la felicidad).
Date momentos de paz, respira, inhala profundo y exhala, vuelve más consciente la respiración.
Somos seres humanos, no podemos con todo a la vez, pero si vamos avanzando paso a paso y nos vamos ayudando entre todos, se logra.
Como consejo, ponte metas diarias: medita por 20 minutos, otro día te preocupas de tu respiración, luego de tu hidratación, y así sucesivamente.
Recuerda, esta comunidad está abierta para poder hablar, acompañarnos y crear lazos.
Gozar de una buena salud no es solo tener un buen estado físico, sino que también tener una buena salud emocional, ser felices y ver el lado positivo de las cosas. Buscar aprender de los momentos negativos para así crecer y vivir de acuerdo a lo que deseamos. ¡Con un poco de esfuerzo y ganas de sentirse bien se puede lograr!
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